Hacemos un llamado a la redistribución de servicios, a detonar voz y poder político en apoyo de los inmigrantes, quienes dia a dia son el blanco de políticas públicas llenas de odio y una narrativa inhumana, peligrosa, que amenaza la vida misma.

Las fronteras son líneas políticas que se dibujan con el fin de consolidar poder y recursos.  Estas solo dividen familias y comunidades enteras, así mismo protegen y favorecen a quienes ya son poderosos- los mismos quienes se desviven por retener todo el poder a toda costa. Las fronteras supuestamente definen a quienes “pertenecen” o no, a una sociedad. La ciudadanía y el estatus migratorio son sólo paredes virtuales, utilizadas para marginar y oprimir de forma sistémica a la gente, aparentemente delineando aquellos que merecen o no el acceso a derechos humanos esenciales, como el seguro social de salud, protecciones laborales, acceso a la vivienda y algo tan básico como los alimentos.

En 2018, el imperialismo estadounidense está en su lucha histórica de más envergadura para establecer fronteras “reales” y así proteger la supremacía blanca, costandole la vida misma, en muchas ocasiones a miembros de comunidades inmigrantes, en especial a mujeres e integrantes de la comunidad LGBTQ+ o Cuir. Los Estados Unidos – una nación construida vía el genocidio de pueblos indígenas, sostenida por la esclavitud de personas negras, amén de la creación de fronteras arbitrarias con el único fin de controlar el desplazamiento humano y proteger un poder y una riqueza estúpida e ilógica – ha ignorado a cada paso, la inconmensurable belleza, la diversidad verdadera, la cultura con sabor y color y muchas riquezas más que los inmigrantes han regalado a este su país, sobretodo aquellos inmigrantes que son personas de color.

Actualmente, la administración del presidente trump ha declarado la guerra en contra de  los inmigrantes, utilizando como armas las redadas de ICE y deportaciones masivas; una serie de atropellos vía diferentes versiones del veto migratorio de países musulmanes; la decisión visceral e ilógica para acabar con el excelente programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o DACA;  de igual manera la cancelación del programa (TPS) o estatus de protección temporal, afectando a un sinfín de países de América Latina, en especial a personas de El Salvador, pero también a países en África y Asia; también la fractura de familias que de forma criminal separa a niños inmigrantes de sus padres o familiares; básicamente creando una ola de odio, una narrativa xenófoba, iniciada por el propio presidente de la nación; rematando con una norma o regla propuesta por este mismo, que castigaría a personas inmigrantes con la deportación o multas inauditas al accesar beneficios públicos, creados en un principio, específicamente para apoyar a los mismos.  

Las personas inmigrantes han sido el blanco de ataques al ser los más vulnerables de nuestra sociedad, por ejemplo, al solicitar el acceso a abortos y otros cuidados reproductivos; solicitud de asilo político; y atención de salud para los niños y otros familiares. La retórica anti-inmigrante ha tenido consecuencias devastadoras para aquellos que tiene problemas de salud mental y todo parece indicar que existe una reducción en personas que buscan servicios de prevención del VIH, servicios de salud y otros servicios básicos, por tal atropello. Además, también a afectado específicamente personas inmigrantes que viven con el VIH, hay ahora mismo un número significativo de ellos que se encuentran en centros de detención y/o han sido deportados, varios casos son ya del conocimiento popular.  

Personas inmigrantes siempre han sido vulnerables a las violaciones de derechos humanos relacionados, entre otras cosas, con la falta sistémica del poder político, la representación, la explotación, la discriminación, las barreras del idioma y diferencias culturales. Sin embargo, frente a esta reciente avalancha de ataques en su contra, el movimiento VIH a nivel nacional se ha mantenido prácticamente en silencio, fallando a este deber, a este compromiso implícito para con personas inmigrantes que viven con VIH, sus familias y comunidades.  El resultado es un abandono publicó, una negligencia social como consecuencia de estructuras electorales que promueven el miedo y repercusiones graves que la voz y voto pudiesen acarrear.

Como organizaciones pertenecientes a el movimiento VIH y que hemos luchado por tanto tiempo para tener acceso al poder de forma relativa, es nuestro deber crear cadenas de solidaridad con los inmigrantes hoy día.  La normalización de sentimientos como el terror, la vergüenza, el estigma y el silencio mismo, es un legado propio de nuestra historia con el VIH que nunca debemos olvidar. No se puede hacer uso auténticamente de la consigna silencio = muerte, si nosotros mismos permanecemos en silencio frente a la falta de humanismo contra aquellos que están más marginados. Hacemos un llamado a la redistribución de servicios, a detonar voz y poder político en apoyo de los inmigrantes, quienes dia a dia son el blanco de políticas públicas llenas de odio y una narrativa inhumana, peligrosa, que amenaza la vida misma. Ningún ser humano es ilegal.

Hacemos un llamado a los hacedores de políticas públicas del VIH y la comunidad en general que se manifiesten de forma pública y absoluta en contra del sinfín de violaciones a los derechos humanos que oprimen y afectan a las comunidades migrantes e inmigrantes . Desde el día del trabajo, el 1ro de Mayo del 2017, un grupo de organizaciones dentro del movimiento VIH han desarrollado lenguaje y políticas públicas con el fin de crear santuario para los inmigrantes. Este 1ro de Mayo del 2018, el movimiento VIH en Estado Unidos tiene un deber, el de comprometerse a elevar nuestra humanidad, nuestra presencia en la lucha migratoria . ¿Cómo hacerlo?

    1. Liderazgo. Cultivar y apoyar el liderazgo de las comunidades de inmigrantes, incluyendo apoyo para redes como HIVenas Abiertas y otros esfuerzos comunitarios para hacer valer las voces de migrantes e inmigrantes que viven con el VIH.
    2. El acceso y la justicia del lenguage. Los materiales propios de agencias, servicios y recursos deben estar siempre disponibles en diferentes idiomas y los servicios pertinentes deben ser culturalmente relevantes para las comunidades atendidas.
    3. Rechazar exclusión y explotación. Organizaciones del movimiento VIH deben exigir que se traslade AIDS2020, la conferencia internacional del VIH/SIDA, fuera de los EE.UU. De preferencia a un país que no excluya a los grupos marginados, incluyendo personas transgénero, mujeres, gente joven, trabajadoras sexuales, personas que usan drogas, y las personas de los países musulmanes.
    4. Relevancia cultural. Asegurar que las comunidades de inmigrantes afectados por los programas, políticas y prácticas de los proveedores de servicios estén involucrados en la prestación de liderazgo, el establecimiento de prioridades y el desarrollo y aplicación de políticas y programas.
    5. La seguridad y el santuario. Crear y apoyar los movimientos Santuario, políticas públicas, programas y prácticas en clínicas, proveedores de servicios, centros de salud y de las estructuras gubernamentales. Leer más sobre Santuario aquí y aquí.
    6. Alzar la voz. Organizaciones e individuos por igual deben alzar su voz, movilizar y adoptar una postura pública frente a atropellos de los cuales los inmigrantes son un blanco fácil. Asegurar que las agendas políticas y prioridades incluyen de forma proactiva el uso de una marco relevante al concepto inmigración.
Recursos para activistas de derechos de inmigrantes e inmigrantes se pueden encontrar aquí